
De la serie “Los genios hacen arte. Las mujeres hacemos femmage” Collage manual digitalizado sobre cerámica. 2018 – 2023 Medidas variables



De la serie “Los genios hacen arte. Las mujeres hacemos femmage” Collage manual digitalizado sobre cerámica. 2018 – 2023 Medidas variables
CASA MUSEO LLERAS 2023-2
LICENCIATURA EN ARTES VISUALES
UNIVERSIDAD JORGE TADEO LOZANO
Síntesis conceptual:
Estudié en colegio de monjas en una ciudad periférica del país durante 12 años consecutivos, desde Kinder hasta el grado 11. Allí, las profesoras me enseñaron a hacer manualidades. Entre esas, están el “decoupage”. Esta técnica decorativa consiste en recortar (de allí su nombre en francés) papeles de colores, muchas veces con motivos florares, frutales, etc., y que se pegan para hacer composiciones sobre cualquier superficie u objeto. Recuerdo que pintamos una botella de vino con esmalte negro en su interior y recorté unas rosas rosadas que pegué con cristagel, luego se le daba 2 capas del mismo cristagel para darle brillo y hacer volumen en los pétalos de las flores. La botella se terminaba de decorar cinta dorada alrededor.
Recordar las derivas de mi formación artística y en especial, este momento de mi primaria básica, es para mí considerar que sigue latente la potencia del ensayo de Linda Nochlin (1971), “¿Por qué no ha habido mujeres artistas?”. En mi experiencia como artista visual en pregrado y posgrado, me confirma en mi hacer docente de artes visuales que la pregunta que Linda se hace en este maravilloso ensayo radica en la réplica del conocimiento androcéntrico. Aprendí a hacer arte que hacían los hombres (técnicas tradicionales de pintura, dibujo, grabado, escultura, etc.), pero sin impacto porque para entrar en el circuito artístico local requería la aprobación del gusto estético de los artistas/docentes hombres dominantes del momento. ¿Por qué en instituciones de educación superior no enseñan otras artes y estéticas como el decoupage, bordado, tejido o collage? Porque son manualidades, son artes menores y porque están hechas por mujeres.
Del colegio de monjas, aprendí además de darle forma del gusto estético del ser mujer para una sociedad moderna pero conservadora, el lugar “correcto” de los cuerpos y la heterosexualidad obligatoria blanca y qué cuerpos deben gustarnos. En esta mirada sobre los cuerpos está la pornografía que, como dice Val Flores (2010) “es uno de los discursos reguladores de la subjetividad, del cuerpo, del género y del deseo; y actúa como una forma de enseñanza que fija unas identidades a través de tareas y programas de heteronormatividad, delimitando unas prácticas sexuales y modelos corporales como aceptables y otros como patológicos y perversos”.
La presente obra da cuenta de estas reflexiones, sobre los cuerpos, la sexualidad, el buen gusto y el mal gusto, el arte hegemónico, la mirada masculina y la reivindicación de las mal llamadas “manualidades” a lo que Miriam Shapiro propone el “femmage”, como el arte hecho por mujeres y que no ha sido expuesto en los museos como Arte con mayúscula.